En 1979 The Cure se daba a conocer con el disco «Three Imaginary Boys», un trabajo que contenía los primeros chispazos del concepto existencialista que más adelante la banda terminaría de desarrollar y contenía canciones de estilo post punk desenfadadas.
Presionados por la discográfica Fiction Records, la banda grabó el álbum en poco tiempo, muchos menos del que pretendían los músicos. Eso, sumado a la inexperiencia en la producción musical que tenían, hizo que Robert Smith no quedara conforme con el resultado final.
Este disco tiene una versión de «Foxy Lady» de Jimi Hendrix con la voz del bajista Michael Dempsey, la única en la discografía del grupo en no ser cantada por Robert Smith. Esta versión fue hecha para una prueba de sonido en el estudio y el productor Chris Parry decidió incluirla en la placa sin consultar, algo que enfureció a Smith.
Por otra parte, fue el único álbum de The Cure que no tiene una temática conceptual, sin embargo todas las canciones ratifican su sonido gótico y post-punk, que luego desarrollarían con mayor énfasis. Además, las letras contienen un gran contenido existencialista, lo que le valió el mote de «los paladines del existencialismo en el rock» por la crítica.
«Three Imaginary Boys» tuvo mucho éxito en el Reino Unido y los posicionó como una de las grandes novedades musicales. Sin embargo, en Estados Unidos, pudieron tener éxito recién en 1980, con la reedición del álbum que incluyó el single «Boys Don’t Cry». Pese a esto, Robert Smith nunca se mostró conforme con el sonido del disco y omite decir que fue de su «debut». Debido a este resultado, se volvió obsesivo con la producción de los siguientes álbumes de The Cure.