Agua, fuego y tierra. Tres de los elementos principales para la vida ya fueron puestos en el centro de la escena por James Cameron en cada una de las películas que forman la trilogía de Avatar, la franquicia que construyó en los últimos 15 años.
Con su último film, Avatar: fuego y cenizas, el cineasta le da un vuelo de épica absoluta a la ciencia ficción desplegada como género, con un toque algo místico.
Por un lado, el director le da al público una trama algo previsible, con personajes que entran y salen de cuadro de manera errática y con un planteo que se reitera de manera considerable; por el otro, armó una batalla feroz que tiene un impacto visual superior al de sus anteriores producciones.
El argumento de Avatar: fuego y cenizas se focaliza en la historia de la familia Sully, algunos años después de los acontecimientos ocurridos en Avatar: el camino del agua.
Mientras intentan lidiar con el duelo por la pérdida de uno de los suyos, Pandora sigue siendo foco de conflicto con los humanos que tratan de dominar al planeta.

Neytiri, interpretada por Zoe Saldaña, en una escena de "Avatar: fuego y ceniza". (Foto: 20th Century Studios)
Entre las luchas diarias que tienen los Na’vi, los sufrimientos internos y las cuentas pendientes, los diferentes grupos que tratan de vivir en armonía descubren que una tribu agresiva los ataca.
La maléfica villana Varang, del clan Mangkwan, desplegar todo su poder en la dominación del fuego para tratar de destruir y convertir en serviles a todos los pueblos libres.
Mientras tanto, la lucha entre los humanos y los Na’vi seguirá siendo una grieta imposible de cerrar que conducirá a una batalla de proporciones grandilocuentes.
Con Avatar: fuego y cenizas, James Cameron construyó una película mucho más épica que las anteriores. Esto implica más batallas gigantescas, peleas a todo nivel y descomunales escenas de acción.
Al mismo tiempo, el impacto visual de la técnica diseñada por el propio director genera que, sobre todo en el primer acto, lo inmersivo cobre un sentido asombroso: es necesario ver a Avatar: fuego y cenizas en 3D.
En esa composición de tecnología y arte, el realizador hace lo que mejor le sale y le da un vuelo poético a algunas secuencias de acción o de diálogos entre los personajes principales.
Varang, interpretada por Oona Chaplin, en una escena de "Avatar: fuego y ceniza". (Foto: 20th Century Studios)
Sin embargo, hay algo que en el camino no sale del todo perfecto, ya que la armonía de las primeras películas se pierde en algún punto en el camino. Pareciera que por momentos hubieran pesado mucho más decisiones corporativas que cinematográficas.
Las secuencias de acción similares a sagas como la de los Avengers hacen algo de ruido por momentos, teniendo en cuenta lo que fueron las escenas similares de las películas previas.
Más allá de la visualidad impactante del film, hay algo del corazón que aportó la segunda película de la saga que está ausente. Ese aspecto se apoya en la cuestión mística que despliega, pero no es suficiente.
El otro elemento que genera molestia es la extensa duración de tres horas y cuarto. Esta vez se hace sentir mucho más que en las anteriores.
Lo que pase con la saga de Avatar tendrá relación directa con la recaudación de esta tercera aventura. Hasta el momento, las dos primeras son de las más taquilleras de la historia del cine.
En una charla con el podcast The Town con Matthew Belloni, James Cameron planteó dudas con respecto a su propia franquicia en caso de no ganar suficiente dinero.
El personaje de Quaritch, interpretado por Stephen Lang, en una escena de "Avatar: fuego y cenizas". (Foto: 20th Century Studios)
Aunque no dijo cuánto necesitaba recaudar para hacer una cuarta y una quinta parte, Cameron fue directo. “No me cabe duda de que esta película generará dinero. La pregunta es, ¿ganará lo suficiente como para justificar repetirla?“, lanzó.
En caso de que no siga, Cameron no se lamentó. Dijo que está decidido a abandonarla, ya que hace casi 20 años que está metido en el mundo de Pandora, pero lo haría sin dejar de finalizar la historia de otra forma. “Hay un hilo abierto y escribiría un libro”, planteó.
James Cameron tiene el récord de tener tres películas entre las cinco más vistas del cine: Avatar es la que más recaudó en la historia, con 2900 millones de dólares; la secuela quedó en tercer lugar -superada por Avengers: Endgame- con 2300 millones de dólares; mientras que Titanic, otro de sus hits, es la cuarta que más ganó, con algo más de 2200 millones de dólares.