La llegada de Lionel Messi a la India desató una locura sin precedentes, pero el sueño de miles de fanáticos en Calcuta terminó en pesadilla. El esperado evento del “GOAT Tour 2025” se transformó en un verdadero escándalo: el capitán argentino debió irse antes de lo previsto y la bronca de los hinchas explotó en destrozos y caos total en el estadio Salt Lake.
Desde la madrugada, la ciudad se paralizó. Miles de personas coparon el aeropuerto y el hotel donde se alojaba Messi, en una vigilia interminable de camisetas albicelestes, cánticos y tambores. Calcuta, la capital del fútbol indio, vivió una jornada de euforia que prometía ser inolvidable.
Pero todo se desmoronó en minutos. Messi apenas estuvo 10 minutos en el estadio, no jugó y las apariciones prometidas nunca se concretaron. Los fanáticos, que habían pagado entradas carísimas y soportado horas de espera, no pudieron verlo ni siquiera de cerca.

La situación se descontroló cuando políticos y sus familias rodearon a Messi en el campo, impidiendo que pudiera acercarse a la tribuna. Según uno de los organizadores, el propio Messi intentó saludar a la gente, pero fue “jalado de la mano” por un político para sacarse fotos familiares. El equipo del astro argentino decidió cancelar el evento por falta de seguridad, ya que la organización no pudo controlar el caos.
La bronca de los hinchas no tardó en explotar: invadieron el campo, rompieron butacas y vandalizaron el estadio Salt Lake, símbolo del fútbol indio. La situación se volvió tan tensa que Messi y su comitiva, que incluía a Luis Suárez y Rodrigo De Paul, debieron abandonar el lugar rápidamente.