A días de revolucionar a los fans argentinos con el anuncio de sus shows, AC/DC volvió a hacer historia en Australia. Su regreso a los escenarios locales, anoche en Melbourne, fue tan impactante que los sensores sísmicos detectaron vibraciones provocadas por la banda y por la multitud. Fue el primer concierto del grupo en su país en 10 años, dentro de la gira "Power Up".
Adam Pascale, científico jefe del Centro de Investigación Sismológica, explicó a medios australianos que los monitores registraron actividad en el rango de 2 a 5 hercios, incluso desde su oficina en Richmond, ubicada a unos tres kilómetros y medio del estadio. “Las ondas sonoras que el público sentía en sus cuerpos son equivalentes a lo que detectan nuestros sismógrafos”, indicó.
Pascale aclaró que los sensores no captan el sonido, sino el movimiento del suelo. En el caso de AC/DC, tanto las vibraciones de los potentes parlantes como los saltos de las decenas de miles de fanáticos transmitieron energía suficiente para que el fenómeno quedara registrado. “La actividad del público suele ser el factor principal para que un concierto aparezca en los monitores”, destacó.
Con Angus Young al frente de la guitarra, Brian Johnson en la voz, Stevie Young en la rítmica, Matt Laug en batería y Chris Chaney en bajo, AC/DC desplegó una lista cargada de clásicos en el MCG. Sonaron “Back In Black”, “Thunderstruck”, “Hells Bells”, “Riff Raff” y muchos más, en un regreso que combinó nostalgia, contundencia y la potencia característica de la banda.
La última vez que AC/DC había realizado una gira por Australia y Nueva Zelanda fue en 2015, en la etapa nacional del tour "Rock or Bust", donde vendieron más de 520.000 entradas en 11 fechas entre ambos países.
Una década después, el gigante del rock vuelve a su casa… y hace temblar el suelo como solo ellos pueden