"Tengo una banda amiga que me aguanta el corazón". Esa frase, más que una declaración, resume el espíritu de La Vela Puerca, que celebró sus 30 años de carrera con un show histórico en el estadio de Ferro, en el barrio porteño de Caballito. Una noche cargada de energía, emoción y compañerismo, donde los uruguayos repasaron su historia con una lista repleta de clásicos y contaron con invitados de lujo.

Desde temprano, el ambiente en las calles cercanas al estadio era de pura fiesta: banderas, familias enteras y fanáticos con remeras de la banda coparon el barrio. A las 21:30, el escenario se encendió con “El viejo”, “El Profeta” y “Sobre la sien”, dando inicio a casi dos horas y media de rock rioplatense.
El grupo —Sebastián “Enano” Teysera, Sebastián “Cebolla” Cebreiro, Santiago Butler, Rafael Di Bello, Nicolás Lieutier, José Canedo, Carlos Quijano, Alejandro Piccone y Diego Méndez— sonó sólido, agradecido y emocional. “Gracias, gurises”, repitieron varias veces entre tema y tema, mientras el público devolvía ese cariño con cantos, saltos y banderas.

El repertorio fue un recorrido completo por su discografía: desde los primeros discos Deskarado y A Contraluz hasta Discopático. Hubo momentos de fiesta como en “Burbujas”, donde el escenario se cubrió literalmente de burbujas, y otros más introspectivos como en “Clarobscuro”.
Los invitados especiales fueron parte esencial de la celebración. Emiliano Brancciari (No Te Va Gustar) se sumó en “Va a escampar”, Barbi Recanati en una potente versión de “Tormenta”, MC Gregor aportó su gaita en “Los reyes de los buzones”, y Arquero se lució en “La Pastilla”. También pasaron Bochi (Las Pastillas del Abuelo) en “Colabore”, Juanchi Baleirón (Los Pericos) junto a Gian en violín para “Zafar”, Manolo en “Comun cangrejo” y Batra Sepulcro en “Mañana”.
Uno de los momentos más emotivos fue la aparición sorpresa de Germán Daffunchio (Las Pelotas), quien interpretó “Para no verme más”. “Elegí esta canción por una cuestión personal”, confesó el músico, antes de fundirse en abrazos con sus colegas uruguayos.

El cierre fue apoteósico: “Mi semilla”, “Vuelan palos”, “Por la ciudad” y “Llenos de magia” fueron coreadas por todo el estadio, hasta llegar al himno infaltable, “José sabía”, con el Enano en guitarra acústica y miles de voces unidas en ese mensaje que define a toda una generación: “Cuando todo parece jodido, es cuando hay que poner”.
Treinta años después, La Vela Puerca demostró que sigue siendo mucho más que una banda: es una familia extendida a ambos lados del Río de la Plata, unida por canciones que ya forman parte del ADN del rock rioplatense.
Ph: Ignacio Arnedo.