El día amaneció con la ansiedad propia de quienes presenciaran un espectáculo de esos que vale la pena ver. Pero con el correr de las horas la ansiedad se convirtió en incertidumbre, dado el corte de luz que afectó a la ciudad, y que preocupó a propios y ajenos.
Finalmente y con el atraso lógico de contratiempos ajenos, a las 21 hs se dio puerta para que poco a poco las casi mil personas que querían ver a la banda uruguaya fueran ubicándose en su lugar. Pasadas las 21.45 el grupo tomó el escenario para no dejarlo durante las siguientes dos horas.

Con el formato acústico con el que se vienen presentando, y que responde a su álbum “Otras Canciones”, No Te Va Gustar hizo un repaso de toda su carrera haciendo reversiones de composiciones propias, adecuadas para la ocasión. Y el teatro París era el lugar ideal para tal fin, dándole al show un interesante carácter de íntimo.
La apertura, como en el disco, fue con “Comodín” para seguir luego con “Quería Ser como él” de su disco “Suenan Las Alarmas”, el clásico “Al Vacío” y llegar a “Esos Ojos”, canción que según el propio Emiliano Brancciari forma parte de la historia de la banda pero no había sido grabada hasta O.C.
A partir de allí y con un Emiliano dialogando con el público fue transcurriendo el show que, para disfrute de todos, estaba a la altura de lo que se espera del grupo uruguayo.

“Viajando sin Espada”, “De nada sirve”, “Tan Lejos”, “Tirano” o “No Necesito Nada” fueron las canciones que promediando la noche fueron sonando y siendo cantadas por un Teatro París colmado, tanto en platea como en Pulman del primer piso, convirtiendo a el espectáculo en “Sold Out”, horas antes de la hora estipulada.
Para el final quedaron los hits, esos que siempre queremos escuchar y cantar y que en esta oportunidad muchos, incluído quien escribe, tenían la curiosidad de como sonarían en este formato acústico, tal el caso de “Ese Maldito Momento” o “Cero a la Izquierda”. También la nueva versión de “Chau”, interpretada en el disco por Julieta Venegas y que el viernes fue cantado, a pedido de Brancciari, íntegramente por el público femenino.
Luego vendrían los bises y finalmente “No era cierto”, para poner el broche de una noche perfecta, intima, prolija, que marca la calidad y profesionalismo de una banda que ha sabido transitar 25 años de historia a fuerza de buenas y malas, con altibajos en el camino, pero que hoy cosecha sus frutos con un presente inmejorable, y que su público desde luego agradece y celebra.
